martes, 22 de septiembre de 2009



He tenido días muy fructíferos en cuanto a lectura se refiere, y que bueno porque mis libros estaban empolvándose y cada vez que pasaba cerca de ellos, pedían a gritos que los atendiera...
Flores en el Atico lo leí hace aproximadamente dos años, pero al enrolarme de nueva cuenta con la saga de los Dollanganger, o los muñecos de Desdre, nombre que todavía me causa cierta inquietud, tuve que darle un repasón rápido para ubicar a los personajes de los siguientes cuatro libros que me faltaban por leer...¡Grata sorpresa la mía cuando descubro que antes de Flores en el Atico, debí haber leído Jardín Sombrio. Me remonté al origen puro de los Dollanganger, al único y soberbio Malcolm Foxworth, quien buscaba una candidata perfecta para perpetuar su línaje, una esposa de sangre fría, temple de acero, porque sus herederos debían poseer cualidades específicas para mantener su fortuna a salvo. Asi, el destino orquesta el encuentro entre él y Olivia Winfield, quien se considera no precisamente bella, pero si inteligente y propia...a partir de alli nace la tragedia de Chris, Cathy y los mellizos Cory y Carrie, martirizados y encerrados en el Atico por una abuela despiadada y llena de prejuicios...OLIVIA!

Son cinco, Jardín Sombrio, Flores en el Atico, Pétalos al Viento, Por si Hubiera Espinas y Semillas del Ayer de V.C. Andrews.

"La próxima vez que quieras salvar un libro, no te juegues la vida… Te llevaré a un lugar secreto donde los libros nunca mueren y donde nadie puede destruirlos".

EL JUEGO DEL ANGEL, analizado de manera muy personal, no es un libro de narrativa arrolladora, me refiero a escenas dantescas, de adrenalina pura, ¡no! Sin embargo, posee un ingrediente muy poderoso que nos obliga a mantener la cara sumergida en sus paginas, quizás es ese olor a tinta rancia, de imprenta vieja, o los polvosos laberintos por los cuales gustosa me perdiera si existiera realmente el Cementerio de los Libros Olvidados, o tal vez sea el nostálgico personaje de Sempere, dueño de la librería que más tarde heredaría a su hijo, otro Sempere, lo que finalmente ha hecho que me devore el libro en menos de dos semanas . Inolvidables Don Pedro Vidal, y sin lugar a dudas, A. Corelli, de nueva cuenta Carlos Ruiz Zafón ¡EXCELENTE!