miércoles, 22 de octubre de 2008

EPITAFIO DE UN BIBLIOMANO

Carlos Nodier, que ha sido un entusiasta de los libros, nos describe un bibliómano en “Les contes de la veillée”. Este señor no miraba a las mujeres mas que los pies, y cuando uno de aquellos calzados altos de ricas pieles que se estilaban entonces hería su vista, gemía: ¡Que lástima de tafilete echado a perder! ¡Que hermosa encuadernación hubiera salido! Era el mismo que decía a su sastre:
-Este traje es el ultimo que me hace usted si se le vuelve a olvidar ponerle bolsillos tamaño 4º mayor.
No quiero privaros del regocijo de escuchar el epitafio grabado en la tumba del bibliómano de Nodier:


¡Conmovedor!

Aquí yace,
encuadernado en madera,
un ejemplar en folio
de la mejor edición
del hombre.
Escrito en una lengua de la edad de oro,
que el mundo ya no comprende,
es hoy
un volumen
estropeado,
manchado,
incompleto,
con el frontispicio deteriorado,
picado de gusanos
y en lastimoso estado de podredumbre.
No hay que esperar que obtenga
los honores tardíos
e inútiles
de la reimpresión.



Si no me equivoco este epitafio fue escrito por José Sánchez Gerona. El amor al libro: Conferencia leída en la Escuela Nacional de Artes Gráficas el 7 de octubre de 1927 con ocasión del “Día del Libro”.....
Madrid, Sección tipográfica de la Escuela, 1927

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